El zombie, el muerto viviente, de entre todos los monstruos de la ficción moderna, posiblemente el más humano y por ende el que mejor representa los miedos de la sociedad actual. Esas multitudes de cadáveres andantes desprovistos ya de toda humanidad y ansiosos por devorar a los vivos, se han vuelto una presencia común en la ficción, siendo participes de infinidad de historias que van desde el horror apocalíptico al drama personal, e incluso a la comedia romántica. Desde la literatura a los videojuegos, las hordas de zombies invaden la ficción denostando que el muerto vivo llegó para quedarse.
Actualmente, con la gran popularidad que tienen las historias de zombies en la ficción (ya que hasta en TV aparecen , nótese “The Walking Dead”), pareciera que el zombie ha estado siempre ahí, acechando en la oscuridad de nuestro inconsciente como los vampiros y los hombres lobo. Pero no es así. Por increíble que parezca (y aunque su mítico nombre indique lo contrario), la tradición del zombie como lo conocemos actualmente está aún lejos de cumplir su primer centenario, habiendo surgido apenas en 1968 de la febril mente de un cineasta visionario y vaya, totalmente independiente: el norteamericano George A. Romero.
Nacido en 1940, George A. Romero era un joven neoyorquino avecindado en Pittsburgh, Pennsylvania a donde asistió a la universidad. Interesado desde chico en el cine (al ver la mítica “The Tales of Hoffman” de Powell & Pressburger), Romero se dedicó entonces a la realización de videos industriales y comerciales. Sin embargo, lo que él deseaba era hacer cine, por lo que reunió a 9 amigos y colegas para formar su compañía productora Image Ten. Su misión sería el realizar una comedia de terror llamada “Monster Flick” sobre aliens que visitaban la tierra. La idea resultaba muy ambiciosa, así que el guión, de John Russo y el mismo Romero, fue cambiando y cambiando hasta que se enfocaron en un solo concepto: cadáveres reanimados.
Dichos cadáveres fueron denominados “ghouls”, y estaban inspirados en la influyente novela de vampiros “Soy leyenda” de Richard Matheson, particularmente en la adaptación cinematográfica de 1964 (“The Last Man on Earth” con Vincent Price). Los vampiros apocalípticos de Matheson, creados por un virus que se propaga por el mundo y dedicados a cazar al último hombre en la Tierra, prendieron mecha en la mente de Romero quien expandió la idea, convirtiendo a los monstruos en cadáveres y agregando el canibalismo salvaje y primigenio a sus “ghouls”. El resultado fue una cinta de horror innovadora y legendaria: “Night of the Living Dead”. El nacimiento de los zombies modernos.
Estrenada en 1968, “Night of the Living Dead” transgredía todo lo que se entendía por una película de horror en su tiempo. Con su bella fotografía en blanco y negro, Romero capturaba una violencia gráfica que pocas veces se habían visto en cines antes (si acaso en la obra de otro independiente, el gran Herschell Gordon Lewis). Con poco presupuesto pero gran imaginación, Romero crea en una cinta toda una mitología acerca de sus creaturas, sus ghouls, de origen incierto pero de mortal presencia; y cuya mayor fuerza se encontraba en los números. Mientras más ghouls habían, menor la probabilidad de sobrevivir.
Y aunque ciertamente, el horror que busca Romero es el de la destrucción de la sociedad (al grado que por momentos, los vivos son más peligrosos que los muertos), sus ghouls se volvieron rápidamente el gran referente de horror moderno. Sin embargo, el término ghoul fue rápidamente sustituido por uno con más “punch”, el haitiano “zombie” al nombrar a sus actores en los créditos como “zombies”. Tocando base con la mitología del Voodoo referente a los muertos vivientes (aunque no tienen mucho que ver), “zombie” fue como se conocieron a partir de entonces a las creaturas que Romero había creado.
Tras el rotundo éxito de “Night of the Living Dead” (éxito que lamentablemente no se traduciría en dinero para Romero, ya que hubo errores al registrar los derechos de autor), Romero comenzaría una carrera en el cine independiente, aunque volver a alcanzar el éxito de su primera película parecía lejano. Mientras tanto, la influencia de aquellos primeros ghouls comenzaría a hacerse presente en nuevos cineastas, que realizarían sus propias encarnaciones del zombie durante los setentas (de entre estas destacan principalmente “La Noche del Terror Ciego” de Armando de Ossorio y “Children shouldn’t play with dead things” de Bob Clark). Romero mismo intentaría una nueva exploración del horror en la sociedad en 1973 con “The Crazies”, sin embargo, no se tocaría el tema de los zombies en esta cinta.
Tras el fracaso comercial de “Martin” en 1977 (cinta que a pesar de su pobre recepción permanece como un clásico de culto revalorizado en tiempos recientes), Romero decidió volver al género que dio origen, a los zombies una vez más, continuando la historia del mundo a como la dejó en “Night of the Living Dead”. Si la primera cinta se enfocaba en el primer contacto con los zombies, la secuela abordaría el eventual dominio de los muertos vivientes sobre la sociedad resquebrajada. Esta cinta sería la épica “Dawn of the Dead”, ubicada en un supermercado y narrando la historia de un grupo de sobrevivientes que luchan por continuar una vida normal en un mundo plagado por los muertos vivientes.
Protagonizada por Ken Foree (siguiendo la línea de Romero de tener un afroamericano como protagonista), “Dawn of the Dead” era no sólo una cinta de horror y acción en un mundo apocalíptico, era también un ácido comentario sobre la sociedad consumista de los Estados Unidos. Los zombies de “Dawn of the Dead” regresaban al supermercado porque es lo que solían hacer de vivos. Aunque ciertamente la secuela tenía un tono un poco más ligero que la original “Night of the Living Dead”, es realmente en “Dawn of the Dead” donde Romero logra una visión más redonda de su cine de horror, desarrollando los personajes y sus subtextos con gran cuidado, así como creando (gracias al maquillaje del legendario Tom Savini) imágenes icónicas.
“Dawn of the Dead” también marcaría el inicio de la colaboración entre Romero y el italiano Dario Argento, quien se consideraba fan de “Night of the Living Dead” y ayudaría con la distribución europea (así como con la musicalización, con su grupo de cabecera Goblin). Y no sólo Argento se consideraba fan de Romero, ya que en el mismo año se produjo en Italia otra cinta de zombies marcadamente influenciada por “Night of the Living Dead”: “Zombi” de Lucio Fulci. Sin embargo, “Dawn of the Dead” también fue llamada “Zombi” al llegar a Italia, así que los productores de la cinta de Fulci cambiaron el título a “Zombi 2” para ligarlas de alguna manera.
Tras “Dawn of the Dead”, Romero disfrutaría de un mayor prestigio como cineasta, aunque su siguiente cinta fue considerada como un nuevo fracaso en taquilla: la comedia “Knightirders”. Mientras tanto, los zombies invadían Europa y de aquellas tierras provendrían múltiples copias y clones de “Dawn of the Dead”, algunas de mejor calidad que otras, pero todas manteniendo la línea trazada por la obra de Romero. En 1985 Romero decidiría realizar un nuevo capítulo en su saga de los muertos vivientes, inspirado en parte por el éxito de las demás cintas de zombies así como por su deseo de hacer un comentario sobre esa sensación militarista que comenzaba a permear el ambiente en la era del presidente Ronald Reagan.
Titulada “Day of the Dead”, la cinta narraba la historia de uno de los últimos grupos de sobrevivientes del apocalipsis zombie, que ya había desolado el planeta en su totalidad. Este grupo se dividía en tres subgrupos: la dominante ala militar que pretendía mantener su control, un grupo de científicos que buscan la cura contra el virus zombie, y finalmente, sobrevivientes más comunes. “Day of the Dead” sería la más política de todas las cintas de zombies, al tratar abiertamente un enfrentamiento entre los intereses militare y los científicos, mostrando aspectos extremos de ambos (la milicia ultraviolenta, mientras que la ciencia se muestra en ocasiones más interesada en proteger a los zombies que a las personas) y como afecta su lucha de poder a la población civil.
Aunque tuvo una recepción más bien fría, “Day of the Dead” mantenía el mismo grado de calidad que las anteriores cintas, e incluso presenta varios de los mejores trabajos realizados por el maquillista Tom Savini. Es quizás la obra más incomprendida de la llamada “ciclo de los muertos vivientes” de Romero. Sin embargo, y a pesar de que como película de culto encontró un mejor lugar, el fracaso económico de “Day of the Dead” terminaría por alejar a Romero del cine de zombies por un buen tiempo. Los tiempos cambiaban y el cine de horror entraba en el largo letargo en que se encontraría en los 90s. El único trabajo que Romero haría en un buen tiempo sería un cortometraje en 1998 realizado para la empresa Capcom, quienes en ese momento lanzaban su videojuego “Resident Evil 2” en Japón (serie inspirada por la obra de Romero).
Sin embargo, este largo letargo terminaría en el 2002 con el estreno de “28 Days Later… “ del británico Danny Boyle. Aunque la cinta trataba sobre una infección (los enfermos permanecen vivos, por lo que técnicamente no son zombies), ésta mantenía los suficientes rasgos del filme de zombies para reactivar el interés en ese monstruo, que se reanimaba nuevamente para reclamar su dominio en un género de horror dominado por slashers baratos que sólo pretendían copiar al “Scream” de Wes Craven”. Al éxito de “28 Days Later…” siguió el de la comedia “Shaun of the Dead” (la cual expresaba aún más directamente su amor al cine de Romero) y el del remake de “Dawn of the Dead”, ambas del 2004, señalando totalmente el renovado interés que había por la obra de Romero.
Es así que, animado por esta nueva generación de seguidores, Romero volvía al género que creó, realizando un cuarto y último capítulo de su saga zombie con “Land of the Dead”, la cual mostraba ya al mundo lidiando con la existencia de los zombies a gran escala. Los seres humanos, encerrados en ciudades donde se pretendía restablecer la sociedad, no hacen más que continuar luchando entre sí mientras afuera, los zombies acechaban. Lo interesante de “Land of the Dead” es que el clásico personaje afroamericano de Romero no era ya uno de los vivos, sino un zombie: Big Daddy, el zombie inteligente. Un comentario sobre la situación política de la era de Bush Jr., “Land of the Dead” recibió buenas críticas y reactivó la carrera de Romero, quien cerraba con esta cinta su saga de los muertos vivientes.
Pero eso no sería el final, al contrario, Romero comenzaría una nueva saga zombie en el 2007 con “Diary of the Dead”, la cual narraba el inicio de un apocalipsis zombie, sólo que narrada en la perspectiva de primera persona con una cámara no profesional. A ésta le siguió “Survival of the Dead” en el 2009, probando que aún hay Romero para rato. Es interesante como aunque vemos actualmente zombies en múltiples facetas y obras, es en realidad una creatura relativamente joven en nuestro imaginario. Y lo extraordinario es que todo comenzó en la mente de un joven rebelde e independiente de Pennsylvania, que un día decidió que quería hacer una película.