De: Roland Schimmelpfennig
Dirección y Tratamiento del Texto: Hugo Arrevillaga Serrano
Reparto: Gerardo Dávila, Ana Cobos, Morena González, Yesica Silva, Alberto Ontiveros, Luis Guerrero
Diseño de Escenografía e Iluminación: Auda Caraza & Atenea Chávez
Diseño de Vestuario: Lissette Barrios
Musicalización: Ariel Cavalieri y Hugo Arrevillaga
Director Residente: Eduardo Guardado Venado
Asistentes de Producción: Cristina Alanis
Diseño de Imagen: Manuel Monroy
Producción Ejecutiva: América Rivera y Ana Cobos
Push Up no es una obra fácil de trabajar, exige de sus actores una gran entrega y mucha energía, la cual se desborda por el escenario, como grandes gimnastas teatrales, los actores van pasando de una emoción fuerte a otra con la condición de un maratonista y aun cuando el planteamiento está hecho incluso con cierta comedia negra, los asistentes no se atreven a reír plenamente por la naturaleza de la acción misma, amén de que nuestro público regio es un poco mojigato, por decirlo de algún modo.
El resultado que surge de un equipo de actores regios dirigido por un artista capitalino es óptimo y muy disfrutable, se nota un cambio en la perspectiva de trabajo, los actores se lucen en interpretaciones que consolidan su labor actoral, a mi punto de vista, se agradece la manera en que ve uno crecer a los actores de producciones anteriores a lo que ahora se ve en escena, meritorio el aplauso final, que aún después de una función de dos horas la verdad es que no se siente el tiempo y nos atrapan en su universo.
Un espacio atosigante y ad hoc al ambiente de oficina nos inmiscuye en una relación íntima con los personajes y sus tribulaciones, unos cuantos módulos de oficina nos van adentrando en los espacios de las diferentes escenas y nos hacen cómplices de sus pensamientos. Muy acertado el diseño de Auda Caraza y excelente la manera en que juega Arrevillaga con los elementos para ir poniendo incluso acentos a ciertas escenas cumbres de la puesta.
En pequeña entrevista con tres de sus elementos trate de captar la esencia de ese trabajo al que describo y admiro de antemano, desde el inicio, hasta el excelente resultado, por su parte Yésica Silva nos comenta: “Fue un trabajo exhaustivo donde tuvimos sesiones de ensayo de días completos, en Monterrey empezamos el montaje que finalmente terminamos en México, DF, pero fueron tres semanas aquí de una atención total al proceso del montaje, y otra en México, con un director sumamente respetuoso, generoso, que al mismo tiempo te exigió una exploración de los personajes, pero que te cuidó y vio por nuestra condición física y actoral, debo decir que hasta nuestra salud, de modo que llegó a convertir esos personajes en orgánicos, es decir, llegó el momento en que mis cinco sentidos estaban agudizados de modo que podía captar las cosas más sutiles en mi entorno, un desaprendizaje de la técnica para vivir un nuevo modo de tratar al personaje, más vivo y natural.”
Alberto Ontiveros nos cuenta: “Creo que en este montaje me cayeron muchos veintes sobre lo que es el trabajo profesional y la convivencia con un grupo de actores que se convierte en un equipo, el señor Arrevillaga es un loco genial y al llegar a México nos dimos cuenta que no es sólo él, su equipo de trabajo va por el mismo estilo, vive para sus montajes y demuestra una pasión y un respeto que contagia en la consecución del resultado, confieso que en varios momentos del montaje estuve a punto de renunciar, era difícil, honestamente creo que hasta ya estar en el espacio final fue que pude comprender la idea que nos estaba planteando, pero una vez enterado lo demás fluyó, creo que desde el momento que fuimos seleccionados dentro del casting para este trabajo ya estábamos convencidos del mismo y el resultado en muchos aspectos superó nuestras expectativas”.
Eduardo Guardado Venado, quien funge como director adjunto de la puesta, señala del mismo modo que se sintió honrado desde el momento de haber sido nominado para el casting de director adjunto y confiesa su admiración por el trabajo de Arrevillaga, quien, coincidiendo con la opinión de Ontiveros, “es un ser desmedido que trabaja en México en varios montajes a la vez y siempre puntualiza el momento en que se quedó el trabajo un día antes planteando nuevas y frescas ideas y existe un sello en su trabajo, una trayectoria que en el DF ya tiene fans, lo cual les dio una temporada en México muy exitosa, donde, aunque no hubo mucha publicidad llegó a tener llenos muy interesantes por la promoción de boca a boca”.
Excelente trabajo, grandes actuaciones, momentos hilarantes y, al mismo tiempo, dolorosos, pero un resultado final excepcional, no la deje de lado, dese tiempo de ir a observar el trabajo de un equipo teatral que tiene mucho que decir.