El deseo no tiene forma ni rostro, y esto lo vemos claramente ejemplificado en Shame.
Dicha película contiene imágenes explícitas de desnudo y sexo, nada del otro mundo me parece, pero suficiente fue para ganarse, tras un controversial debate; la clasificación NC-17.
Cuidando de no arruinar la sorpresa podemos por lo pronto adelantar que “Deseos Culpables” (subtitulo en español) es una buena película, cuya trama básica es una mirada dentro del cotidiano de Brandon Sullivan (Michael Fassbender), es decir, el modelo de vida actual del hombre soltero en sus treintas: trabajar, salir con los amigos al bar local, sexo casual con alguna mujer (o algunas mujeres), llegar al departamento finamente amueblado y ver pornografía en su computador… Todo girando en un eje perfectamente regulado por los caprichosos antojos de Brandon, hasta la llegada de Sissy (Carey Mulligan) quien desordena desde el departamento, hasta el deseo del protagonista.
En general, esta película podemos verla en dos ángulos: una película atrevida y provocadora, con escenas sexuales bien trabajadas, que no incurren en mera pornografía; o bien, un collage interesante de las perspectivas de la moral social del nuevo siglo y la era del twitter.
Contrario a lo que en las críticas de cine se dijo de Shame, realmente no observamos a un protagonista culposo, no al menos, hasta la mencionada aparición de Sissy; y es esto lo que nos da a pensar: ¿Por qué es tan importante cuidar las apariencias con ella en casa? La culpa es algo que generalmente nos llega de fuera (¿Quién no recuerda a las madres mexicanas con su famoso “te va a ver el policía”?) y desde esta mujer aparentemente incómoda para Brandon, comienza el sentir de la culpa.
Son pequeñas pistas que nos matizan esta historia bien contada, llena de incógnitas y como hemos mencionado, una estampa de diferentes posiciones de moralidad, de las diferentes caras del deseo en la cuales podemos ver reflejadas muchas realidades secretas de nuestra cotidianidad. He aquí donde el cine hace honor a su nomenclatura como séptimo arte, cuando nos muestra sin reserva alguna nuestros rostros ocultos por la moralidad, la educación entre otras directrices.
Y justo aquí detengo el análisis para provocar el pensamiento colectivo del lector, precisamente porque ése es el eje central de nuestra trama, ¿Qué desea Brandon? ¿A quién desea Brandon? Me parece que el guionista nos juega una interesante pasada, el título ya nos deja inermes en una posición, nos instala los lentes morales de Culpa, Vergüenza (Shame), Deseo… ¿Somos nosotros quienes miramos desde los ojos de Brandon? ¿O queremos ponerle a Brandon el límite que dibuja nuestra imaginación?
Hasta la próxima;
Elizabeth T.