Título original: The Martian
Dirección: Ridley Scott
Reparto: Matt Damon, Jessica Chastain, Jeff Daniels, Chiwetel Ejiofor, Sean Bean, Kate Mara, Michael Peña, Sebastian Stan, Aksel Hennie, Kristen Wiig
Marte, ese vecino rojo del cual la humanidad ha alucinado su conquista desde hace años, y viceversa.
En este 2015 la visita al cuarto planeta de distancia del sol se hace posible, real y tangible gracias a la película “Misión Rescate” que se estrena a unos días de que la NASA anunciara que hay agua en este gélido y rojo lugar ¿Coincidencia o destino?
La película a cargo de Ridley Scott, basada en el libro homónimo de Andy Weir, nos pone en el traje de astronauta de Mark Watney (Damon) quien ha sido declarado muerto tras un accidente en una tormenta de arena en el planeta rojo, mientras la misión Ares III cancelaba su estadía por protocolo de seguridad. Pero nadie contaba con que Watney sobreviviría y empezaría una travesía al mero estilo de Robinson Crusoe combinado con McGyver para idear un plan y no morir en el intento en su estadía marciana.
Ciertamente el filme tiene el sello NASA, quien fue asesor directo en la cinta y apegarse de manera científica para la realización de la misma. También cabe destacar que Weir se preparó desde su trinchera de estudioso –un escritor aficionado a la ciencia ficción– para ser lo más didáctico posible con los lectores neófitos en la materia espacial.
Curiosamente “Misión Rescate” cuenta con dos actores que ya han estado involucrados en películas del espacio: Matt Damon y Jessica Chastain, quienes ambos actuaron en “Interestelar” de Christopher Nolan, pero nunca compartieron crédito a cuadro.
Damon en la cinta de Nolan también interpreta a un astronauta que se pierde en un planeta, esto le preocupaba al momento de ocupar el papel de Watney, pero Ridley Scott insistió que esta intervención sería muy distinta, y el cineasta cumplió.
La película resulta majestuosamente visual ante los parajes que suponen deberían de ser Marte –Los realizadores fueron hasta Jordania para utilizar los desiertos rojos del país asiático– pero técnicamente hay desaciertos que opacan el entusiasmo a los más observadores.
Si seguimos el canon de los estudiosos, en Marte la atmósfera es mucho más liviana, eso por un lado afecta la gravedad de quien transite por su tierra roja, y la escases de oxigeno hace que el sonido sea prácticamente nulo, lo cual según las leyes de la física, en la película se anulan ya que en todo momento escuchamos los pasos del andar del astronauta, los objetos que manipula, etc.
Sin embargo al buen Ridley se le perdonan sus “errores” ¿Cierto?
La música es atinada, por atinada me refiero al soundtrack o score original, ya que a la selección musical, a menos que se sea un amante de la década de los 70’s y la música disco, se puede terminar harto como el buen Watney que tiene que sobrevivir con esas melodías perdidas en la cultura pop.
El talento a cuadro es impecable, la tensión dramática se mantiene en los momentos que son necesarios y evidentemente, Matt Damon carga con el mayor peso en sus hombros al mantenerse en solitud en el planeta rojo, haciéndonos recordar que en su estadía se convierte en un naufrago al mero estilo de Tom Hanks, solo que aquí faltó Wilson.
Clasificación: Imprescindible para los amantes del género, ofrece risa, duelo y aliento, todo curado por la experiencia del buen Scott, aunque su mano perceptiblemente parece invisible, pero de eso hablaremos en otra nota, porque como decía la nana Goya, “esa es otra historia”.
Saludos marcianos.