Hay quienes opinan que la atmósfera de una película es más importante que la trama. Esta película es un ejemplo.
Técnicamente hablando
La sencillez de su imponente escenografía impacta desde el inicio. Un gigantesco laberinto de concreto que contrasta con los materiales primitivos con los que tiene que subsistir un grupo de jóvenes atrapados entre sus muros.
Conforme avanza la historia vamos descubriendo que tras los imponentes muros se esconden muchos secretos: paredes movedizas, puertas secretas y una amenaza mitad carne mitad metal que la verdad no da mucho miedo.
De qué trata la historia
Thomas despierta sin memoria en un elevador que lo saca desde el fondo de la tierra hasta el centro de un laberinto colosal. Allí encuentra a una comunidad de jóvenes que viven siguiendo una serie de reglas de supervivencia, mismas que nuestro héroe comienza a transgredir desde el primer día.
De inmediato comienza a tener pesadillas, con las cuales va armando las piezas del rompecabezas que lo ayudará a resolver el acertijo del laberinto, encontrando el verdadero propósito de su estancia allí.
Diagnóstico final
Por su ritmo y sencillo planteamiento, esta película es muy entretenida de ver. Incluso lo absurdo de sus diálogos o las confrontaciones irreales que surgen entre sus personajes se convierten en parte del aderezo que consigue que uno la pueda pasar más o menos bien.
Si te gusta el género de historias futuristas-juveniles-de-acción, no te la pierdas. Si lo tuyo es el cine con propuesta, olvídalo, pues esta es una trama laberíntica en la que parece que la lógica nunca pudo encontrar la salida.
Maze Runner
- Director: Wes Ball
- Actores: Dylan O’Brien, Kaya Scodelario, Will Poulter
- Lo mejor: La sensación de estar viviendo en el centro de un laberinto titánico.
- Lo peor: La frase final. No importa qué tanta situación boba crea uno que ve durante toda la película, el cierre hace que el resto de la trama casi parezca inteligente.
- Recomendaciones adicionales: Lleva brújula.