Dirección: Glenn Ficarra, John Requa
Reparto: Will Smith, Margot Robbie, Adrian Martinez, Gerald McRaney, Rodrigo Santoro, BD Wong, Brennan Brown
Películas de robo, el arte del engaño, estafa y atracos maestros han estado presente a lo largo del cine hollywoodense desde sus inicios.
The great train robbery de 1903 es una cinta de 12 minutos de duración es la primer película con un lenguaje cinematográfico en forma que logró marcar historia a la posteridad, es considerada el primer filme de acción de todos los tiempos.
Y es que la prestidigitación es una palabra que tiene su origen desde el latín praestigium, ya que en Grecia se aplicaba para quienes realizaban actos de índole artística y daban el efecto de entretener a un público bajo la premisa de sorprender, pero cuando llegó la charlatanería, el engaño del carterismo a través de la distracción y el robo, se tergiversó su uso para quienes buscaban engañar en lugar de entretener.
Focus: Maestros de la estafa es un filme que vuelve a la vieja escuela y toma el arte de la distracción para demostrarnos que todo depende del enfoque al que creemos observar, mientras estamos siendo estafados, por lo que esta no es solamente una película más de robo o embauco, logra ser entretenida de manera elegante.
La premisa es sencilla: Nicky Spurgeon (Smith) es un artista del engaño que encuentra en su paso a Jess Barrett (Robbie), una joven emprendedora del robo y la estafa. Spurgeon la toma bajo su tutela para adentrarla al profundo mundo industrial de lo que significa ser un carterista profesional y tener un emporio al respecto, pero no todo sale como ambos lo tenían esperado al final de cuentas.
Esta es la tercera vez que hacen mancuerna los realizadores Glenn Ficarra y John Requa. Sus otras dos cintas Loco y estúpido amor del 2011 y su debut Una pareja dispareja con Jim Carrey y Ewan McGregor del 2009 han tenido buena aceptación del público por ser producciones que salen de la comedia ordinaria, dando un giro sorpresa en sus historias e interpretaciones.
Su nueva cinta Focus… no se queda atrás propone una historia que hace en cierta manera tributo a otros filmes de robo pero sin caer en el plagio, dando giros sorpresas al público más entrenado en este tipo de cine que viene esperando actos predecibles que al final resultan inesperados.
Por ahí escuché a un proyeccionista decir que esta película merecía estar en los Oscar, o al menos recibir el ‘Oscarito’, refiriéndose a que al menos un reconocimiento pequeño debió haber tenido en su estreno. Personalmente creo que es pedir demasiado, pero entiendo su punto, es una película redonda que deja un buen sabor de boca al salir de la sala, degustable para todo público y que nos deja pensando en sus giros de tuerca.
Clasificación: Imperdible para los amantes del género, cinéfilos empedernidos y público en general. Apuesto a que nadie adivinará el retorcido final que es digno de solo dejarlo ahí, sin explotar una posible franquicia porque ahí si se gastaría el recurso de la sorpresa.
Bonus: El soundtrack es una joya bien pulida para los melómanos fanáticos del cine.