Dirección: Rob Marshall
Reparto: Meryl Streep, James Corden, Emily Blunt, Daniel Huttlestone, Anna Kendrick, Tracey Ullman, Lilla Crawford
El director Rob Marshall, recordado por la ganadora al Oscar en 2002 Chicago, más el filme Nine (2009) inspirado en la vida del cineasta Federico Fellini, vuelve a los musicales ahora con un toque más familiar con En el bosque, la cual cuenta con actores que van arrancando carrera en Hollywood como también con talento consagrado en la industria cinematográfica.
Entre la carta amplia de cintas que empiezan a circular basadas en los cuentos por todos conocidos, surge esta adaptación que es un collage de distintas historias creadas por los hermanos Grimm: Caperucita roja, Jack y las habichuelas mágicas, Cenicienta, entre otras son de las que tomó inspiración el compositor Stephen Sondheim que dio vida a este musical en 1986.
Para que el proyecto despegara pasó por distintas manos antes de que Disney produjera la cinta, llegando a quedar estancada la producción por más de 15 años. Inclusive Marshall fue quien convenció al estudio del ratón Mickey de que se hiciera la película, la cual a diferencia del musical, tuvo que adaptarse a un tono más amigable para su público familiar, aunque finalmente conservó su estilo oscuro con algunas modificaciones en los personajes y el guión.
La producción salió adelante con la aprobación de Sondheim y James Lapine quien escribió el libreto original de la puesta en escena teatral. A pesar de que diez canciones se sacaron de la cinta, En el bosque hace honor al trabajo de los autores originales, ya que preserva el tono fuera de solemnidades o tonos rosas de los cuentos de hadas sino todo lo contrario, en cierta manera se juega con el humor y el recurso de que los cuentos solo nos llevan a deseos irreales sin sentido.
Un diseño de arte impecable que es aderezado con una fotografía, vestuario, caracterización y diseño de producción como la joya más importante de la corona, se muestra una producción que supo sacarle jugo hasta el último centavo de los $50 millones de dólares (MDD) de los que dispuso Marshall y su equipo de trabajo.
Y es que el estudio prefirió mantener baja expectativa ante la cinta para no caer en un fracaso monetario, inclusive se reportó que Johnny Depp cobró solamente $1MDD de manera simbólica a sus acostumbrados $20 millones. Actualmente la producción ya lleva más de $165 millones echados a la bolsa de ganancia.
Meryl Streep quien ha declinado en varias ocasiones los papeles de bruja en producciones hollywoodenses en esta ocasión decidió aceptar ya que la mano de Sondheim estaba involucrada, quien al ver la disposición de Streep le compuso un tema completamente nuevo para la cinta, aunque dicha canción no salió en el corte final, se rescatará para su lanzamiento en video.
Aunque la participación de Depp es corta en la ficción, se destaca por encarnar a un personaje bastante peculiar: El lobo de la historia de caperucita roja. El toque que logra darle a su rol recuerda el estilo pachuco que inmortalizara Germán Valdés ‘Tin-Tan’.
La mayor parte de la cinta se rodó en estudios a puerta cerrada en Londres, pero se logró también trabajar en locación como en el castillo Dover, en el parque Richmond, la Abadía de Waverley entre otros, agregándole un amplio valor estético. Estas locaciones ubicadas en Reino Unido son parte integral del filme funcionando como una atmósfera imprescindible entre los personajes y la historia.
Y de la música de Stephen Sondheim ni que hablar. Para quienes vieron Sweeney Todd: El barbero diabólico de la calle fleet gozarán del mismo toque burdo, oscuro, e irónico en ocasiones de la cinta dirigida por Tim Burton en 2007.
Disney se arriesga por primera vez en presentar personajes con un toque más humano y trayendo situaciones de conflicto como la infidelidad, el egoísmo y el cuestionarse si realmente una vida banal es lo que necesitamos. La moraleja final va de la mano con este discurso, “hay que tener cuidado con los deseos porque al final, se vuelven realidad”.
Clasificación: Para quienes van sin esperar nada se deja un buen sabor de boca, saliendo de los clichés de los cuentos de hadas y criticando sus deficiencias haciendo mofa de ellas. Una de las mejores y más arriesgadas producciones de Disney sin duda, desde el inicio de la franquicia de Los piratas del Caribe.
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