Dirección: Neill Blomkamp
Reparto: Matt Damon, Jodie Foster, Sharlto Copley, Alice Braga, Diego Luna, Wagner Moura, William Fichtner
Actualmente pareciese que cualquier persona con dinero está al alcance de hacer una película y al pronto estrellato efímero de los 15 minutos que bien Warhol pronosticó que todos tendríamos derecho.
Como bien dijo mi buen Maestro Mol en las redes sociales, ‘Decir que una película está buena por los efectos especiales es como decir que un pastel sabe rico por los adornos en el betún.’ Y tiene razón. Parece que el cine, cada vez nos vende más espejitos para destellar y deslumbrar a los no iniciados en los temas más corruptos, ricos y de entramado social que bien pudiesen nutrir a muchas cintas que se han quedado a la mitad de buenas, y por ende pasan al exilio del olvido.
Lamento encontrar que en este otoño del 2013, ‘Elysium’, la segunda cinta del cineasta sudafricano Neill Blomkamp es una de ellas. Nos vendió un trailer que deslumbraba un post-apocalipsis digno de Phillip K. Dick apareado con George Orwell con una orgía de paso con Ray Bradbury y un sueño guajiro de Issac Asimov… pero no, el filme solo es un sci-fi listo a empolvarse en las estanterías del recuerdo mundial de la cinematografía.
Me explico, La ciudad de Los Ángeles y el resto del mundo en el año 2154 d.C. (OJO Sci-fi geeks, el mismo año en que se supone se desarrolla la historia de Avatar de James Cameron… ¿Coincidencia o destino?) se encuentran devastadas por el inmenso paso del hombre y su sobrepoblación, dejando en un tercermundismo deplorable al planeta. Los sobrevivientes adinerados que pueden sustentarse una vida llena de lujos, ahora viven en Elysium, una estación espacial en órbita en donde todo parece ser una utopía sin precedentes.
Max Da Costa (interpretado por Matt Damon) sueña con llegar algún día a la mencionada hábitat, pero golpeado por la vida y sin poder salir de su estado empobrecido, se le ve resignado a tener que vivir en el planeta que cada día parece ser peor… hasta que un día, se arriesga todo con tal de cumplir su objetivo: Llegar a Elysium a toda costa.
Hasta ahí vamos bien, el primer acto de la cinta se nota claramente el desarrollo tecnológico contrastante entre ambos mundos, y conocemos un poquito de cómo es que opera la tierra, bajo el yugo de robots comandados desde la estación espacial, más que para mantener la paz y el orden, penetrar entre el sometimiento y la poca libertad de elección que le queda a los pobres humanos que sobreviven en el planeta.
Después de conocer un poco la atmósfera de lo que vive nuestro protagonista Max, la película empieza a tomar cauces inverosímiles, esto nos hace cuestionar un poquito el universo en el que se desarrolla la cinta, pero va, uno como espectador friki, y buen amante de la ciencia ficción, aguanta vara… pero después de más situaciones que carecen de sustento realista en la ficción, es cuando uno ya le duda en si seguirle la corriente a Max, o dejarlo morir en el intento.
Ya sin golpetear tanto a la cinta, también tiene sus virtudes, las locaciones por ejemplo, aunque jamás va a ser motivo de orgullo, el hecho de que el cineasta eligiera México para filmar la película, y me refiero a que el director escogió la capital mexicana, por el hecho de que en una sola ciudad de más de 20 millones de habitantes, tenía los dos contrastes que necesitaba para su cinta.
Para todas las secuencias de marginación, podredumbre y miseria, se visitó la delegación de Ixtapalapa, que está en la periferia del Distrito Federal, ahí se filmaron las secuencias de lo que en la cinta simula ser la ciudad de Los Ángeles, bajo una pobreza extrema y degradante… pero curiosamente no se necesita viajar al futuro cerca de 100 años como lo marca la película, solo es necesario adentrarse en esa delegación y salir vivo de ella.
La locación que se escogió para ser de Elysium, fueron ciertas secciones del municipio de Huixquilucan, más en específico la parte de Interlomas, opulenta zona de vivienda y comercio también ubicada en la periferia de la ciudad de México, pero al otro extremo contrario de Ixtapalapa.
Algunos sets de post producción se hicieron en Vancouver Canadá y también otras secuencias de Elysium fueron filmadas en el país del norte del continente americano.
Dentro de lo que cabe, la cinta es hollywoodense, más pudiese haber sido peor, sus conflictos al menos se resuelven de manera orgánica, sin esperar falsas modestias o rescates innecesarios de último minuto, pero todo pudo haber sido mejor.
Blomkamp en su opera prima ‘Distrito 9’ se distinguió por plantear un universo realista y bastante palpable a un paralelismo cotidiano. Desarrollar una historia en Johannesburgo con el tópico de la xenofobia pero a través de la ciencia ficción, fue algo que nadie se había atrevido a explorar de esa manera, volvió al género un tanto crítico y de más contexto social, enriqueciendo por lo tanto el producto final, no por nada Peter Jackson le patrocinó el chistecito en aquella ocasión.
Pero bueno, un coqueteo con la industria estadounidense y $115 millones de dólares en presupuesto, no le caen nada mal a alguien que apenas comienza en el negocio del celuloide. Tal vez en esta ocasión se necesitó prostituir un tanto el contenido, para obtener más espejitos y sembrar adeptos en el próximo filme del realizador sudafricano.
Clasificación: Si es de los que vió ‘District 9’ y espera ver algo similar, baje la intensidad unas 10 rayitas y véala con tranquilidad, si no sabe de lo que hablo, vaya a verla, seguro la disfrutará por el deporte de ir al cine, y si es amante del sci-fi, entenderá que esta es una de las pelis más decentes del tema que salieron en este 2013 tan flaco y pobre en temática de ciencia ficción.
Saludos elíseos.
H.
Creo que una de las cosas más destacables de Elysium es precisamente sus sets de locación, ya que la zona donde fue hecha representa una brecha social muy marcada como la que propone la película