Tienes mucho talento, me decía el psicologuillo de la universidad mientras revisaba los resultados de mi test vocacional, tendrás éxito en cualquier cosa que te propongas. Por alguna razón la vaguedad de su respuesta no me dejaba satisfecho. Yo quería que me dijera qué hacer con mi vida.
La película Divergente propone un escenario donde la sociedad ha resuelto el problema de la guerra al eliminar la angustia que produce en el ser humano la sensación de no pertenencia y falta de realización personal. Al llegar a cierta edad, los jovencitos realizan una prueba donde les dicen a qué grupo pertenecen según sus aptitudes. Agricultores, pensadores, administradores, etcétera. El truco es que una vez seleccionado el grupo solo podrían relacionarse con personas de su misma “especie”. La idea me pareció interesante.
Técnicamente hablando
El recurso de identificar a las facciones mediante los colores de su ropa funciona, a pesar de sentirse un poco forzado. De hecho, toda la estética del film se balancea entre lo funcional y lo chafón. Quizá lo que más sufre es la escenografía que, a pesar de delimitar muy claramente la zona en la que sucede la historia (cada facción vive en un lugar con su propia estética), a veces pareciera que los personajes habitan en cuevas de cartón pintado.
Siempre me han chocado las películas en donde todos son bonitos. Aquí hasta los extras que salen de pordioseros parecieran pertenecer a la facción del modelaje. Las armas y el supuesto sistema de combate también se sienten de juguete, pero si apagas la neurona del realismo, aguantan.
De qué trata la historia
Dentro de la urbe reconstruida en medio de un escenario postapocalíptico, una chica resulta ser especial precisamente porque no encaja en ninguna de las facciones a las que debiera asignarla su test de personalidad, lo cual supuestamente amenaza al sistema, así que debe guardad en secreto su naturaleza “divergente”. Hasta aquí todo bien, pero luego la película se centra en la relación que surge entre la protagonista y un chico malo pero tierno, sensible y respetuoso. Fue entonces cuando me di cuenta de que estaba viendo una versión de Crepúsculo en ciencia ficción.
Las casualidades comenzaron a aparecer. Todo parecía estratégicamente acomodado para que sucedieran las más cursis y ridículas situaciones de romance adolescente (ok, lo odié), aunque para ser justo debo decir que semejante giro en mi expectativa me produjo bastante gracia y al final me sacó varias sonrisas. De hecho las risas amplias y comentarios en voz alta surgieron varias veces entre el público durante la función que también parecía haber aceptado la naturaleza cursiñoña del film.
Diagnostico final
A pesar de que claramente no pertenezco al público meta de la película, Divergente me interesó con su premisa de ciencia ficción aunque que la trama principal fuera un romance para jovencitas. Si tu novia te obliga a llevarla a ver está película, quizá hasta te la pases bien.
Divergente
- Director: Neil Burger
- Actores: Shailene Woodley, Theo James, Kate Winslet
- Lo mejor: Híjole… ¿El vestuario?
- Lo peor: Las peleas y los moretones, no te la crees nada
- Lo que agradezco: La premisa de ciencia ficción se sostiene de una manera casi inteligente
- Recomendaciones adicionales: Investiga a qué funciones van las colegialas y compra boleto para otro horario. Se han recibido reportes de gritadera histérica que quizá quieras evitar.