Uno de los nombres mas reconocidos en el mundo del cómic, y con justa razón, es Alan Moore. Su trabajo en títulos como Swamp Thing, V for Vendetta y Watchmen, entre otros, dejan claro el valor de su legado, sus obras han creado una legión de seguidores que no ha hecho sino crecer con el paso del tiempo. Fuera del mundo del cómic, Moore es más conocido por su complicada personalidad y naturaleza obstinada que por su pluma.
Alan Moore tiene un severo problema cuando sus obras son traducidas a cualquier otro medio que aquel que él decidió era el adecuado para sus historias. Comenzando con la terrible adaptación de The League of Extraordinary Gentlemen, con Sean Connery como protagonista, y seguida de una lista de filmes con resultados mixtos (From Hell, V for Vendetta y The Watchmen, mas recientemente), no son los resultados económicos los que preocupan a Alan, sino la perdida de la identidad de sus obras.
DC Comics ha anunciado la producción de una serie de comics enfocados en los diferentes personajes centrales de su multipremiada obra Watchmen, por supuesto, con un nuevo y variado grupo de escritores y artistas y esto a logrado que nuevamente Moore se reporte listo para entrar a una nueva batalla de dimes y diretes contra los grandes poderes del entretenimiento.
Con el paso de los años Moore ha tratado con uñas y dientes de evitar que sus obras escapen de su control y se ha visto frustrado una y otra vez cuando los mismos contratos que le permitieron concretar sus reconocidas obras también le han permitido a las diferentes compañías hacerse del control y lucrar.
Moore ha buscado detener producciones, sabotear producciones retirando su nombre e incluso ha llegado a negarse a recibir el dinero que legalmente le pertenece, todo esto rodeado de berrinches, pucheros y reclamos que, imagínese, no han evitado que la producción siga su marcha.
Con respecto a la nueva serie de precuelas, Alan ha sido claro que no desea dinero, sino que desea que “esto nunca llegue a realizarse”. Moore basa su petición en que estas secuelas son una clara muestra de falta de ética ya que básicamente están robando su obra. J. Michael Straczynski, uno de los escritores involucrados en las precuelas, ha dicho que tomar a los personajes de Alan Moore no es diferente a lo que Alan Moore hizo al tomar a los personajes de obras literarias y unirlos para su The League of Extraordinary Gentlemen.
Alan Moore rápidamente regresó la cortesía explicando que existe una gran diferencia entre robar a los personajes, como el hizo, y privarlos de su contexto original integrandolos a un nuevo universo (en el caso de la League of Extraordinary Gentlemen, la Inglaterra Victoriana) y otra muy diferente la de robar tanto el contexto como los personajes de alguien mas y tratar de lucrar con ello.
Más allá de quien tiene la razón o no, Moore parece empecinado en sufrir y enfrascarse en discusiones perdidas hace ya muchos años, cuando bien podría tomar una actitud positiva y sacar provecho de las oportunidades que se le presentan.
Cuando DC finalmente se atrevió a lanzar Watchmen y vivieron de primera mano el éxito y, aceptémoslo, el dinero, DC le ofreció tanto a Moore como a Gibbons (co-creadores) la posibilidad de crear una secuela de 12 tomos enfocándose a cosas como el diario de Rorschach o la bitácora de guerra del Comediante y ambos declinaron, si acaso con Moore enfatizando su descontento ante la posibilidad de que alguien mas ocupara su lugar como escritor. Esto sucedió en 1986.
En el 2010, de acuerdo al mismo Moore, DC le ofreció regresarle los derechos de Watchmen a cambio de que se involucrara en proyectos de precuelas o secuelas para la serie. Alan Moore se negó, objetando que eran términos inaceptables. Que simplemente no le interesaba involucrarse en secuelas o precuelas en ese momento, que tal vez las hubiera aceptado diez años atrás, pero ya no.
Dan Didio y Jim Lee, en esos días los mandamás de DC, dijeron que solo retomarían la franquicia si el talento que tanto Gibbons como Moore habían aportado a la serie original podía, cuando menos, alcanzarse con una nueva propuesta, que no aceptarían nada por debajo de ese nivel.
Algunos meses de rumores y chismes pasaron y hace apenas unos días DC anunció que publicaría las secuelas apoyándose en el trabajo de J. Michael Straczynski, Brian Azzarello, Darwyn Cooke, y Len Wein como escritores y de los artistas Lee Bermejo, J. G. Jones, Adam Hughes, Andy Kubert, Joe Kubert y Amanda Conner.
A todos ellos, Gibbons les dio su bendición cuando fue cuestionado sobre este proyecto: “La serie original de Watchmen incluye la historia completa que Alan y yo queríamos contar, sin embargo, aprecio las razones por las que DC ha tomado esta iniciativa y el deseo de los artistas y escritores involucrados de pagar un tributo a nuestro trabajo. Espero que estas nuevas entregas tengan el éxito que ellos desean”.
Es un hecho que DC lanzará estas secuelas, de esto no cabe duda y no existe comentario elaborado ni sagacidad intelectual que logre hacer cambiar de opinión a DC, sin embargo, que diferente proyecto seria este si Alan Moore bajara las armas y se decidiera a aceptar esta realidad ineludible y que enriquecedor sería para todos los involucrados contar con la consultoría de la gran visión y talento de Alan Moore.
Se vale soñar.