Mentiría si les dijera que hace ya muchos años que no iba a una Convención de Comics y Juegos de Mesa en Cintermex, la realidad es que he ido a cada una de ellas en el último par de años y todo fue gracias a los autos invitados.
En esta ocasión Speed Racer (Meteoro) fue quien se hizo presente con el fantástico Mach-5 y vaya que no decepciona. Es un auto que le sienta muy bien al ojo.
Hace años yo solía aparecer en Cintermex, mochila (vacía por ahora) colgando en la espalda, cartera llena con todo lo que podía separar de la quincena y tenis cómodos esperando a que abrieran las puertas y la fila comenzara a avanzar, paso a paso, en peregrinación para rendirle tributo a los Todd McFarlane, Jim Lee, Miyazaki y el resto del Olimpo del hobby.
En esta ocasión llegamos después del medio día, dudando si pagar ochenta pesos por persona valdría la pena. Después de todo, gran parte de la mercancía esta en línea. Para bien o para mal, el Mach-5 fue un argumento contundente, y ese no llega a mi casa, así que decidimos entrar.
La taquilla se divide astutamente en dos: una para aquellos que llegamos con el cambio exacto y otra para los que no. La primera era casi inexistente, la segunda tenia un tiempo de espera bastante alto, la gente salía del edificio y lo rodeaba. Pagamos el monto exacto y en minutos ya estábamos dentro.
La cantidad de gente era abrumadora. Asfixiante. El vaivén de cuerpos, el estruendo del j-pop, el aroma a comida rápida y los disfraces incomodos no pintan un buen paisaje, sin embargo, el espíritu de fiesta y camaradería los transforman y te hacen sentir aceptado, sea cual sea tu bando en la eterna lucha entre los amantes del comic y los seguidores del manga.
Paseamos y vimos, deseamos y, en pocos casos, compramos algunas cosas. La variedad se ha visto desfavorecida por el mercado, una gran cantidad de los productos estaban repetidos entre los diferentes stands y los pocos que llevaban mercancía única no veían recompensado su esfuerzo.
Angry Birds y Plants Vs. Zombies estaban en todos lados. Desde llaveros hasta peluches, memorias USB y sombreros, pasando por camisetas, esculturas, posters y cuadernos, en fin, si alguien buscaba a sus plantas mata zombies favoritas o a sus pájaros refunfuñones seguro tuvo para cubrir todas sus necesidades.
El entusiasmo y la creatividad de los diferentes clubes es realmente refrescante, ya sea que seas un simple Muggle en el club de Harry Potter, un fiel seguidor de la filosofía Bartiana con la Gente Amarilla, que tus midiclorianos lleguen apenas a ser unos cuantos comparados con los de Yoda y el Club de Star Wars (o sean muchos y te unas al lado oscuro de la Legión 501) o quieras formar parte de lo mas nuevo, siguiendo al club de Los Juegos del Hambre, todos tienen algo para el visitante.
No se si fue la hora a la que pasé por ahí o si realmente lo que vi fue lo normal durante el evento, pero Dean Stockwell estaba sentado en su silla, aburrido y sin fans. Un actor que hizo época, cuando menos en México, con su papel de AL en Viajeros en el Tiempo (A.I. en Quantum Leap). Tal vez algo tenga que ver que se cobre extra por tener acceso, no lo sé.
Otro gran atractivo en esta convención fue Notris, que presentó una pieza de gran tamaño: Jabba The Hutt.
A mi me pareció buena idea unir la sección de comida con el Karaoke. Creo de cierta manera le da a los Karaokeros la oportunidad de tener un publico que normalmente no tendrían, además de que da la sensación de estar en uno de esos tan afamados restaurant-karaoke de oriente.
Al final, la cantidad de gente en el evento me venció y acabamos huyendo entre los disfrazados y los convencionistas, no sin antes comprar una dotación de Pockys y Kanchos, después de todo, no solo de Mangas y Comics vive el hombre.
No puedo negar que me divertí, que me asombré y que realmente lo disfruté, mas que por los productos, mas que por la parafernalia, lo disfrute por la oportunidad de estar rodeado de gente con gustos como los míos, disfrutando de nuestros hobby saludablemente.
Ahora solo queda esperar a la siguiente.