Desde que se anunciara en el año 2010 que el director Zack Snyder tomaría las riendas de “Man of Steel”, comenzó a generarse una mayor expectativa alrededor del proyecto, pues a lo largo de su carrera, Snyder ha sido de los principales realizadores en explotar el medio del comic como base para sus cintas. Y esto no sólo al tomar comics como bases para adaptaciones directas, sino en general como parte integral de su estética como cineasta. Por estas razones Snyder parecería el candidato ideal para el difícil proyecto de llevar nuevamente a la pantalla grande al más clásico de los superhéroes, Superman.
Aficionado de las historietas desde temprana edad, Snyder comenzó su carrera en el mediocomo fotógrafo de comerciales. Pronto Snyder comenzó a dirigirlos también, y esto se volvió su área de trabajo, llegando a especializarse en comerciales para automóviles. Sin embargo, el joven Snyder añoraba el contar historias, así que comenzó a buscar la oportunidad de adentrarse en la industria cinematográfica. Ésta llegaría cuando el productor Richard P. Rubinstein se encontraba buscando un director para un remake de una cinta de culto que el mismo Rubinstein produjo en los año 70s, “Dawn of the Dead”.
Siendo él mismo fan de aquella cinta dirigida por George A. Romero en el 78, Snyder tomó el proyecto con gran interés, y finalmente debutó en el 2004 con un filme que modernizaba la historia clásica a la par que le hacía homenaje. Tomando un guión que hacía de los zombies unas salvajes máquinas de matar (inspiradas sin duda por las creaturas de “28 Days Later…”), Snyder realizó una cinta llena de acción y con un dinamismo que provenía de su experiencia en la realización de comerciales. Snyder trajo una visión fresca al género de terror y con “Dawn of the Dead” comenzaría su carrera con el pie derecho.
Tras el éxito de “Dawn of the Dead”, Snyder comenzó un proyecto mucho más personal para el: adaptar la novela gráfica “300” de Frank Miller. Basada en la batalla de las Termópilas, “300” narraba en sus páginas la lucha de los espartanos del rey Leónidas contra el inmenso ejército persa. Fascinado por la concepción visual de Miller, Snyder abordó el proyecto respetando casi cuadro por cuadro el comic de Miller, aunque con el toque personal de Snyder en cuanto al ritmo en que la historia se desarrolla y a su experimentación con los movimientos de cámara.
A pesar de que, como la historieta de Miller, “300” resultara más un ejercicio de forma que una cinta con mayor substancia, la película fue un éxito de taquilla total, y consolidó el nombre de Snyder como un realizador talentoso y con un estilo propio. Este éxito fue pieza cave para que Snyder obtuviera el puesto de director de uno de sus proyectos soñados: “Watchmen”.
Considerado como el mejor comic de la historia, “Watchmen” de Alan Moore había revolucionado la historieta de superhéroes en los años 80s al humanizarlos y brindarles una complejidad superior a la usual en los comics de su época.
“Watchmen” se había vuelto el non plus ultra de los comics, y su adaptación al cine era un sueño de mucho aficionados. Muchas veces se intentó, pero finalmente fue Snyder quien lograra levantar tan complicado proyecto. Nuevamente tomando la historieta como base, Snyder intentaría hacer una adaptación lo más fiel posible, modificando sólo lo necesario para ubicar la trama en la época actual. El resultado fue una adaptación de “Watchmen” que lograba capturar el estilo visual y la historia con una gran claridad, aunque cabe mencionar que al enfocarse tanto en la fidelidad visual, Snyder perdió algo de la complejidad de personaje que había desarrollado Moore en su libro.
De alguna forma, “Watchmen” demostraba que el cine de Snyder es una experiencia totalmente visual, cuya fuerza radica en la excelencia técnica, la belleza de sus cuadros y su perfectamente ágil ritmo; pero que flaquea en la cuestión más puramente dramática de sus obras, al perder de vista los subtextos y complejidades latentes en sus personajes y las relaciones entre sí. Esto se comprobó en su cinta “Sucker Punch”, del año 2011 la cual nuevamente sería una gran experiencia visual (cuyo estilo visual nuevamente tomaría prestado estética de comic, a pesar de ser una historia original) pero un tanto vacía en cuestión dramática.
Sin embargo, antes de “Sucker Punch”, Snyder probaría suerte con una cinta animada, “Legend of the Guardians: The Owls of Ga’Hoole”, película basada en la novela de Kathryn Lasky. Nuevamente, a pesar de contar con un impresionante diseño visual (la animación es de estilo fotorealista), el desarrollo de personajes sería el punto débil de la cinta. Como se mencionó anteriormente, “Sucker Punch” correría con un destino similar, aunque es válido destacar que a pesar de sus defectos, la película demostraba la vibrante imaginación de Snyder como creador visual.
Así, Snyder llega a “Man of Steel” como un director que entiende perfectamente el medio visual del comic, pero con una gran reputación de ser un director más de forma que de fondo. Esto será el desafío que Snyder enfrente, pues Superman es un personaje que funciona mejor cuando se vuelve complejo (las historietas escritas por Alan Moore son la mejor prueba), pues cuando se maneja con simpleza llega a ser enormemente aburrido (para mayores ejemplos, la caricatura de “Superfriends”). La pregunta queda en el aire, ¿Logrará Snyder mostrarnos al hombre del mañana ó será “Man of Steel” su kryptonita?
J Luis Rivera