Dirección: Robert Rodriguez, Frank Miller
Reparto: Mickey Rourke, Jessica Alba, Josh Brolin, Joseph Gordon-Levitt, Rosario Dawson, Eva Green, Powers Boothe, Bruce Willis
9 años tuvieron que pasar para que la secuela de La ciudad del pecado llegase a cristalizarse en cartelera. 9 años largos que Robert Rodriguez prefirió para hacer Las aventuras El niño tiburón y la chica de lava en 3D y forrarse en billetes verdes, realizar el homenaje de cine de clase b Grindhouse, de donde se desprendió Planet Terror, Machete y su continuación. Rodriguez metió en un cajón el éxito seguro de una franquicia que le habría dado millones, pero prefirió dejarla macerar.
Una decisión arriesgada que ahora le costó trabajo desempolvar y volver a levantar. Hoy Sin city no es lo de antes a pesar de contar con casi todo su reparto original y también a su creador Frank Miller como co director. Simplemente la magia se perdió.
Sigue destacando la capacidad de convocatoria que tienen ambos cineastas para traer a sus filas actores de renombre, en esta ocasión protagónicos como Joseph Gordon-Levitt, Josh Brolin y Eva Green hacen gala con su presencia. Ray Liotta, Christopher Lloyd, Lady Gaga, entre otras celebridades se les da crédito en la cinta, más su aporte se relega meramente a un cameo de escasos minutos que parece más un pretexto de salir a cuadro y mantener vigente su carrera fílmica.
La película toma como arco en esta ocasión un preludio y 3 historias principales: “Just another Saturday Night”, “The long bad night”, “A dame to kill for” y “Nancy’s last dance”, respectivamente. Dos historias permanecieron inéditas en el cómic, debutando primero en la cinta que en la novela gráfica. Solo una de las historias es continuación directa del primer filme, dejando las demás en categoría de precuelas.
Su carácter visual sigue haciendo tributo al film noir, con alto contraste en sus colores que fijan la atención en objetos, miradas, prendas de vestir, etc. más esta técnica ya no sorprende a casi diez años de distancia.
La música decae por completo, y es que de tener bajo el mando a Graeme Revell, John Debney y el mismo Rodriguez en la composición en la primera cinta, en esta ocasión el realizador se aventó solo el trabajo de la musicalización junto con Carl Thiel quien sinceramente resulta inalcanzable para el talento de Debney y Revell.
Los sucesos que llevan en picada a la película pueden continuar, pero es mejor solo dejar a flote que pocas cosas destacan en esta secuela tardía: Las actuaciones e intervenciones de Marv (Rourke), Johnny (Gordon-Levitt) Senador Roark (Powers Boothe). Por el bien de la nostalgia y la historia Nancy (Alba), Hartigan (Willis) inyectan un dudoso aire de reconciliación con el público que esperó y pagó por ver el decaer de un producto cinematográfico que parecía prometedor.
Clasificación: Rodriguez y Miller deberían enmendar a los cinéfilos con una tercera entrega pero metiendo toda la carne al asador y ver si se logra despegar de este atasque en el que cayeron, pero las probabilidades de que se vuelva a la ciudad del pecado son relativamente pocas, ya que se gastaron 60 millones de dólares y no han recuperado la inversión en taquilla.