Dirección: Louise Archambault
Reparto: Gabrielle Marion-Rivard, Alexandre Landry, Mélissa Désormeaux-Poulin,
El morbo es ese sentido indiscreto por siempre querer indagar en lo que posiblemente no nos importa, pero queremos saber. El cine es esa ventana indiscreta que nos permite entrar en la vida de alguien más sin enfrentarnos al “¿Qué dirán?” de la sociedad universal, nos permite ser testigos de una dramatización de algo que probablemente no teníamos ni idea de cómo sucede, pero al fin y al cabo sucede, aunque sea en una ficción, pero allá afuera, en el mundo real, puede ser posible.
De eso trata la película Gabrielle: sin miedo a vivir, ya que la historia gira alrededor de la protagonista del mismo nombre que tiene el síndrome Williams, -tanto en la cinta como en la vida real- y como se desarrolla su vida en, Montreal Canadá.
Ella asiste a un coro de adultos con capacidades diferentes donde conoce a Martin, (Alexandre Landry) también alumno de la clase de canto. Ambos se enamoran profundamente pero su amor y sexualidad se pone en duda debido a sus síndromes y las circunstancias familiares entran en disputa por si se necesita meter mano o no en un tabú social de si ¿Acaso es correcto que mi hijo con habilidades especiales enfrente el amor?
Es interesante como la cineasta Louise Archambault se propone construir esta historia única de amor, ya que es una verdad incómoda para quienes viven en el confort de solo pensar en lo ordinario de su vida. La directora utilizó gran parte de actores no profesionales, comenzando por la misma Gabrielle, con quien tuvo que trabajar especialmente para desarrollar las escenas sin que ella sintiera la presión de que si algo salía mal, se tendría que repetir una escena una y otra vez, cuando para un actor ordinario podía hacerse en una sola toma o dos.
Esta es una película con ese sello de “Feel good movie”, porque no es un drama aterrador ni descarnizado donde veamos que se saca ventaja o provecho de las personas con capacidades especiales, todo lo contrario, es un filme sano, que nos invita a la reflexión de cómo es posible la vida de toda esta población, que necesita enfrentarse al reto de vivir y que muchas veces tienen un espíritu indomable, y muchas más ganas de vivir que cualquiera de nosotros.
Algo que también ofrece la cinta es el positivismo con el que ellos a pesar de ser distintos, sienten el derecho de pertenecer a una sociedad, en donde quieren y exigen ejercer una autonomía igualitaria a pesar de que cuenten con desordenes, síndromes o capacidades que les hacen ser distintos al mainstream ordinario.
La cineasta narra que Gabrielle, en el set demostraba tener un temple emocional mucho más grande que el de la misma directora. “Honesta, transparente, verdadera, y ella está ahí”. Declaró Archambault para Straight.com
La cinta llega a México con casi un año de retraso en cartelera, se mantiene itinerante en salas de arte y cinetecas pero también ya está disponible en video on demand.
Cabe destacar que esta película fue la selección oficial por parte de Canadá para competir en los premios Oscar 2013 a mejor película extranjera, pero la Academia ni siquiera le dio terna de nominación. Sin embargo ha destacado en festivales de cine internacional como el de Locarno, Toronto, Gijón, entre otros.
Clasificación: Para una buena tarde de reflexión, para dejarnos maravillar por esta faceta desconocida para muchos de nosotros, para saciar ese morbo de cómo es que vive alguien distinto a ti y a mí, Gabrielle: Sin miedo a vivir te dará ese empujón que necesitas para darte cuenta que tus problemas son una gota perdida en el océano.
Saludos sin miedo.