Dir. Bradley Parker
El 26 de abril de 1986 ocurrió uno de las más grandes catástrofes nucleares en la historia, la explosión del reactor nuclear de Chernobyl, en la entonces República Socialista de Ukrania. Considerado como el peor desastre nuclear de la historia, la explosión de Chernobyl lanzó grandes cantidades de contaminación radiactiva a la atmósfera, provocando la evacuación de las poblaciones aledañas, particularmente el poblado de Prypiat, donde vivían las familias de los trabajadores de la planta nuclear. Los años pasaron, la Unión Soviética cayó, pero Prypiat permanece igual que como fue dejado; y a más de 20 años después de la tragedia, la contaminación en el lugar ha descendido al grado de que es posible visitar este pueblo fantasma, desolada reliquia de la era Soviética. Estas visitas turísticas inspiraron al cineasta Oren Peli a escribir un guión de horror, el cual ha sido llevado a la pantalla grande por el debutante Bradley Parker en la forma de “Chernobyl Diaries”.
Titulada en español como “Terror en Chernobyl”, “Chernobyl Diaries” comienza con imágenes de un viaje a través de Europa en el que se han embarcado Chris (Jesse McCartney), su novia Natalie (Olivia Taylor Dudley) y su amiga Amanda (Devin Kelly). Su viaje los lleva a Kiev, donde encuentran a Paul (Jonathan Sadowski), hermano de Chris, quien les propone desviar un poco la ruta para realizar algo de “turismo extremo”. El plan de Chris es visitar Prypiat, pueblo fantasma evacuado tras el desastre de Chernobyl. Chris se niega a ir, pero finalmente es convencido por Natalie y Amanda, a quienes les parece atractiva la idea. Los cuatro amigos toman un tour organizado por el ex-militar Uri (Dimitri Diatchenko) y en el cual conocen al australiano Michael (Nathan Phillips) y su novia Zoe (Ingrid Bolso Berdal). Al llegar a Prypiat, descubren un lugar olvidado por el tiempo. Sin embargo, pronto se darán cuenta que no están solos en la desolación que ha dejado Chernobyl.
La historia desarrollada por Oren Peli (director de “Paranormal Activity”) es adaptada a la pantalla por Carey y Shane Van Dyke, así como el mismo Peli, quien también produce la cinta. Aunque la premisa de la cinta recuerda en gran medida a “The Hills Have Eyes” de Wes Craven (así como su respectivo remake), “Chernobyl Diaries” tiene un mayor enfoque en el suspenso, dejando en el misterio la naturaleza de quienes están cazando al grupo de jóvenes turistas. En cierta forma, esto le da a “Chernobyl Diaries” un tono parecido al de una cinta de zombies, ya que no hay un villano realmente definido, sino que los personajes enfrentan a una horda de creaturas misteriosas que habitan en la oscuridad. Ciertamente esto hace que el enfoque de la historia quede en los personajes y las relaciones entre ellos, particularmente en la amarga rivalidad entre los hermanos Chris y Paul. Desafortunadamente, Peli y los Van Dyke no logran desarrollar satisfactoriamente este aspecto de la historia.
El debutante Bradley Parker logra crear una interesante atmósfera de desolación en “Chernobyl Diaries”, realmente sacando provecho al setting de su historia y a la fotografía de Morten Søborg. En “Chernobyl Diaries”, Parker y Søborg logran realmente capturar la extraña y melancólica belleza de Prypiat, que genera una ominosa sensación de abandono y perdición. Dada la presencia de Oren Peli, podría esperarse que “Chernibyl Diaries” fuera una cinta de metraje encontrado (falso documental); sin embargo, el director Bradley Parker se distancia de Peli en estilo y mantiene una narrativa más tradicional en su cinta. A pesar de haber desarrollado previamente una carrera como supervisor de efectos visuales, Parker brinda una mayor importancia a la atmósfera y al suspenso para desarrollar su cinta, con la cámara de Søborg moviéndose dinámicamente por Prypíat siguiendo la acción, en una forma bastante reminiscente a los videojuegos de horror.
Las actuaciones en “Chernobyl Diaries” son de una calidad variable, mientras que hay algunas actuaciones efectivas, también cuenta con un par bastante lamentables. Desafortunadamente, a las segundas pertenece la realizada por Jonathan Sadowski, quien como Paul, se vuelve el protagonista durante gran parte del filme. Sadowski se siente acartonado en su interpretación como Paul, y aunque el conflicto que hay con Chris da pie a varios momentos dramáticos, Sadowski no logra explotar ninguno de éstos. Devin Kelly, quien también toma un rol protagónico, se encuentra en la misma situación, siendo incapaz de darle una personalidad definida a su personaje, dejándola en el cliché de la sobreviviente. Gran diferencia es el trabajo de Jesse McCartney, quien sí logra crear un personaje a pesar de lo poco que el guión le brinda para hacerlo. Mismo caso el de Dimitri Diatchenko, quien hace un trabajo efectivo como el bromista fortachón Uri.
El resto del elenco es bastante regular, aunque cabe señalar que el guión no les brinda una gran posibilidad de desarrollarse. Y este es el problema principal de “Chernibyl Diaries”, pues al ser una cinta que presenta una historia enfocada en sus personajes, lo ideal sería que dichos personajes tuvieran personalidades definidas que los hicieran atractivos al público. Sin embargo, Peli y los Van Dyke crean un grupo de personajes muy vacíos y huecos, que parecieran no tener más identidad que sus respectivas profesiones y nacionalidades. Aunado a esto, la trama cae demasiado en clichés (cosa que no sería tan negativa de tener personajes mejor desarrollados), moviéndose de un lugar común a otro sin realmente aprovechar el potencial de su premisa. Ciertamente, el director Bradley Parker logra una cinta visualmente muy atractiva, pero hubiera sido deseable que hubiera puesto el mismo empeño en trabajar el guión que el puesto en el aspecto visual del filme.
“Chernobyl Diaries” no es realmente un total desastre, pues incluso tiene algunos momentos muy interesantes, principalmente durante la primera mitad de su duración. Sin embargo, no deja de ser un experimento fallido en el cual de nueva cuenta se prueba que un guión poco desarrollado no da mucho pie para traducirlo en una buena película. Ciertamente el debutante Bradley Parker muestra su talento al lograr rescatar la sombría atmósfera y el suspenso de la historia; desafortunadamente esto no es suficiente para levantar una historia que tristemente cae en el tedio y el aburrimiento a medida que se desarrolla. De hecho, “Chernobyl Diaries” no es mala, es solamente mediocre.