Cine

Tenemos que hablar de Kevin: Lo que se callaba en la ficción, ahora se expone sin pudor.

Dirección: Lynne Ramsay

Reparto: Tilda Swinton, John C. Reilly, Ezra Miller, Jasper Newell, Rock Duer, Ashley Gerasimovich, Siobhan Fallon

El filme está basado en el libro homónimo de la autora Lionel Shriver, se recomienda ampliamente la lectura del libro para un comparativo cultural y cinematográfico.

Cuando una película causa ruido entre la gente, es porque es demasiado buena o demasiado mala, el problema es que las expectativas de los públicos siempre son distintas y lo que es ‘bueno’ para algunos es ‘malo’ para otros, ‘Tenemos que hablar de Kevin’ es un filme controversial, y lo seguirá siendo por el resto de la historia cinematográfica, al menos hasta que una película con temática intrépida y exasperante llegue de nuevo a la pantalla grande.

La perturbación emocional que provoca, es un reflejo directo del propósito que busca hacer la directora introspectivamente con nosotros, es como saber que vamos a devolver el estómago después de una noche intensa de borrachera, y no podemos hacer nada por evitarlo. Esta metáfora solo sirve para puntualizar, que la psicología que maneja el filme es estridente y encuentra nuestros demonios internos más alejados de la realidad.

La fotografía está planeada con una intención directa de ponernos en situaciones incómodas, la paleta de color es en tonalidades cálidas demasiado obvias, y desarrollamos un vínculo inmediato con los personajes y hasta cierto punto causarnos la aversión con sus manías o patologías personales; aplaudo que una directora de cine sepa hacer su trabajo en días como estos, cuando ya nadie se pone a hacer filmes que realmente nos vengan a chocar y trasgredir de manera directa a los sentidos.

Las actuaciones sostienen la historia por completo, el reparto fue una excelente decisión y cuidó los aspectos únicos que tiene esta trama. Bien lo decían los griegos, ‘Todo está dicho, lo que importa es como lo cuentes’ y la historia es nutrida con un contexto bellamente explotado en pantalla, con todos los elementos que necesitamos para tener un filme bien hecho, pero que definitivamente, esta es una de esas películas que uno no quiere ver, pero tiene que ver.

La sociopatía se reinventa con películas como estas, que llegan cada lustro o cada década, y que serán olvidadas por la mayoría de los espectadores promedio, pero que finalmente se perpetuará en quienes sabemos mirar la vida con una óptica distinta a la ordinaria, en quienes tenemos sed de clamarle al mundo por sus errores, y quienes bien sabemos que esta vida, no es para todos los que merecen o dicen ser merecedores de ella.

Clasificación: Para mentes agiles, para psicólogos, psicoanalistas, psiquiatras, filósofos y entendedores de la vida, para quienes estén dispuestos a ver las realidades de la vida diaria.

¿Tenemos que dar saludos?

H.

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