Cine

El caballo de Turín: Observando la miseria de la existencia humana.

Titulo original: A Torinói ló

Dirección: Béla Tarr, Ágnes Hranitzky

Reparto: János Derzsi, Erika Bók, Mihály Kormos.

“El 3 de enero de 1889 en Turín, Italia. El filosofo alemán Friedrich Nietzsche salió de la puerta con el número seis de la via Carlo Albert, no muy lejos de donde él, un cochero estaba teniendo problemas con un caballo empecinado, a pesar de toda su insistencia, el caballo se negó a moverse, con lo cual el conductor pierde la paciencia y le dió de latigazos. Nietzsche Arrojó sus brazos alrededor del cuello del caballo para protegerlo poniendo fin a la brutal escena y después se desplomó al suelo; duró dos días en un diván sin moverse y en silencio, hasta que al fin murmuró sus ultimas y obligatorias palabras. En menos de un mes Nietzsche sería diagnosticado con una seria enfermedad mental, que lo dejaría tumbado en cama y sin hablar por los siguientes diez años, quedaría al cuidado de su madre y sus hermanas hasta su muerte. No sabemos que pasó con el caballo.”

Esta breve introducción es la que da comienzo al filme ‘El caballo de Turín’, el cual amenaza ser el último de Béla Tarr, ganó el premio del jurado Grand Prix en el festival internacional cinematográfico de Berlín y es la película seleccionada por Hungría para concursar en la contienda como ‘Mejor filme de lengua extranjera’ en la 84ta entrega de los premios Oscar.

¿Qué se puede decir de un filme, cuando está hecho con los mínimos elementos posibles a cuadro, 3 actores en toda la película, un solo track musical recurrente y plano secuencias resueltos con fotografía en blanco y negro? Lo único que queda, es buscar en las entrañas de lo que se pretende transmitir en las imágenes cotidianas y repetitivas de un sedentarismo que no está dispuesto a cambiar, Béla Tarr creo que nos arroja un discurso de introspección severa, y nos cuestiona con esas tres preguntas necias que arroyan a la humanidad: ¿De donde venimos? ¿Qué hacemos aquí? ¿Hacia donde vamos?

La historia es simple, describir el ‘¿Qué pasó con el caballo y su cochero?’ y ver durante 2 horas y 26 minutos un relato dividido en 5 días, y la cotidianeidad ritualística que tienen el cochero y su hija, los cuales viven en una finca apartada totalmente de la sociedad. Parece sencillo, pero verlo tiene todo su chiste; los plano secuencias se nota que fueron planeados con una grave genialidad; largos, tranquilos, cayendo un poco en el tedio y la desesperación, pero que reflejan a la perfección, cuan errada puede ser a veces nuestra existencia, aprisionados en este espacio efímero, como es que nuestro pensamiento se ve cerrado al convencionalismo de la costumbre, y la superación parece el alimento inalcanzable de los dioses.

El tiempo que dura el filme, nos sirve como reflexión, habrá quienes tal ves entendimos un .02% de lo que se quería explicar, tal vez habrá quienes pretendan haberlo entendido todo, o como dijo alguien más al salir de la proyección ‘Es una película de papas y caballos’ es válido también, estas películas, no son para todos los que vemos o pretendemos hacer o entender cine.

Clasificación: Recomendada solo para iniciados, filósofos, existencialistas, cinefilos que quieran devorar la filmografía de Tarr, o entusiastas de Nietzsche, si le entienden algo más de lo que expuse, ahí me avisan.

A continuación, la secuencia inicial con la que comienza el filme, como una pequeña muestra del trabajo de Béla Tarr

Saludos Caballerosos.

H.

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