Director: Nicholas Stoller
Reparto Principal: Seth Rogen, Rose Byrne, Zac Effron, Chloe Grace Moretz
Cuando “Buenos Vecinos” se estrenó en 2014, la premisa de la cinta de comedia no llamaba en lo particular la atención de un servidor: el tema de una pareja de los suburbios lidiando con una fraternidad ávida por las fiestas y el descontrol parecía predecible y poco prometedora. Sin embargo, acabó siendo una comedia entretenida y con buenos destellos, sin ser nada del otro mundo.
Cuando se anunció “Buenos Vecinos 2”, mi escepticismo fue aún mayor… ¿Cómo hacer una segunda parte con los protagonistas principales, con un mismo tema, sin caer en escenarios comunes y chistes reciclados?
En esta entrega, la premisa básica es similar a su predecesora: La pareja de Mac (Seth Rogen) y Kelly (Rose Byrne) esperan a una segunda niña, y ven la necesidad de mudarse a una casa más grande. Una vez adquirido su nuevo hogar, requieren vender su propiedad de inmediato, y justo cuando todo parece marchar sobre ruedas, un grupo de chicas universitarias (lideradas por Chloe Grace Moretz) se muda a la casa contigua para fundar una sororidad bajo sus propias reglas, en donde sentirse libres y festejar diariamente sin restricciones. El conflicto es claro: La pareja debe mantener a raya a las chicas para poder vender su casa, y las chicas quieren conservar su espacio y mantenerlo bajo sus nuevas reglas, así que las situaciones y el caos se desata casi de inmediato.
Es decir, suena prácticamente a la misma historia de la primer película.
Pero el diablo está en los detalles.
En el primer filme, teníamos a los padres que buscan la tranquilidad de los suburbios y a los jóvenes que quieren vivir su vida al máximo, lo que hacia la película divertida y se dirigía a dos segmentos de la audiencia que podían identificarse con una u otra parte.
En esta película, Teddy (Zach Effron) sigue siendo el mismo de la película anterior, pero se enfrenta a una entorno cambiante y por ello se ve en la necesidad de evolucionar junto al desarrollo de la historia. De tal manera, en esta película hay 3 perfiles en los personajes principales: los adultos responsables con familia, las chicas estudiantes en búsqueda de su nicho para desarrollarse y relacionarse, y el chico que se encuentra en una etapa de transición. Este tipo de interacción entre tres etapas de vida provoca choques por sí mismo, y los guionistas la aprovechan para proyectar diversas situaciones con las que podríamos relacionarnos, llevándolas en ocasiones al extremo y lo absurdo para detonar nuestras risas (entre los guionistas están el mismo Seth Rogen y su inseparable amigo y colaborador Evan Goldberg).
Pareciera que estoy describiendo una obra maestra de comedia, cuando en afán de la verdad “Buenos Vecinos 2” dista de ser eso. Sin duda tiene sus defectos: algunos chistes sin impacto, referencias de la cultura popular de Estados Unidos que podrían no entender algunos espectadores fuera de ese país, el humor puede parecer grotesco en ocasiones y el lenguaje soez predomina. Pero me parece que uno de sus puntos fuertes y distinguibles es que trazaron personajes con los que nos podríamos identificar, así como una marcada brecha generacional entre ellos, y eso apoya para una mejor empatía con el espectador y un mejor desarrollo para varios de las situaciones cómicas.
Incluso el amigo de Mac, Jimmy (Ike Barinholtz), que en la primer película me parecía estaba de relleno y no aportaba mucho, en esta película resulta simpático y tiene buenas participaciones. Es notable que la dinámica con las chicas de la sororidad es diferente (para bien) a la de la fraternidad de la primera cinta, además el conflicto de madurez de Teddy y la dinámica de la pareja de Mac y Kelly con su hija también son situaciones que agregan varios puntos cómicos a la cinta.
Aunque con imperfecciones, esta segunda parte es considerablemente mejor que la primera. Sus chistes vienen en mayor cantidad y son más versátiles, presenta rutinas memorables, desarrolla bien varios de sus gags, y hay buena química entre los personajes. Esta no es una comedia que complacerá a todo el publico (en especial si el lenguaje vulgar y chistes con contenido sexual le incomodan) pero al final del día nos hace pasar un buen rato, olvidar la rutina y reírnos un poco. Justo como algunos vecinos.